domingo, 22 de junio de 2008

De barcas y hospitales...



De todos los navíos novelescos o satíricos, el NARRENSCHIFF es el único que ha tenido existencia real, ya que sí existieron estos barcos que transportaban de una ciudad a otra sus cargamentos de insensatos. Los locos de entonces vivían ordinariamente una existencia errante (…) No es fácil explicar el sentido exacto de esta costumbre. Se podría pensar que se trata de una medida general de expulsión mediante la cual los municipios se deshacen de los locos vagabundos (…)





La gran amenaza que aparece en el horizonte del siglo XV se atenúa; los poderes inquietantes que habitaban en la pintura de Bosco han perdido su violencia. Subsisten formas, ahora transparentes y dóciles, integrando un cortejo, el inevitable cortejo de la razón. La locura ha dejado de ser, en los confines del mundo, del hombre y de la muerte, una figura escatológica; se ha disipado la noche, en la cual tenía ella los ojos fijos, la noche en la cual nacían las formas de lo imposible. El olvido cae sobre ese mundo que surcaba la libre esclavitud de su nave: ya no irá de un más acá del mundo a un más allá, en su tránsito extraño; no será ya nunca ese límite absoluto y fugitivo. Ahora ha atracado entre las cosas y la gente. Retenida y mantenida, ya no es barca sino hospital…

“Stultífera Navis” Historia de la locura en la época clásica, Michel Foucault


P.D.: La nave de los locos, por Hieronymus Bosch, finales del siglo XV

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