jueves, 29 de mayo de 2014

Cielito del Cordobazo

                                                                   


Los “Cielitos” esos cantos mezclados con danzas de la tradición pampeana aclamando  la Independencia,  la libertad.


*No pocas veces el pueblo salió a la calle con un “cielito” en los labios.

El 29 de mayo de 1969 no fue la excepción.  Córdoba ofrecía todas sus avenidas a los pies y las banderas de los estudiantes, los obreros, los comerciantes.



*No pocas veces un gobierno salió a reprimir la protesta.

 El 29 de mayo de 1969 no fue la excepción. La represión ordenada por el gobierno (de facto) de Onganía  causó   veinte manifestantes muertos y cientos de detenidos, entre ellos Agustín Tosco, Atilio López y Elpidio González, los “cabecillas”…


El cordobazo en la memoria del pueblo.






   







Cielito cielo que sí

cielo del sesenta y nueve

con el arriba nervioso

y el abajo que se mueve

Que vengan o que no vengan

al pueblo nadie lo asfixia

que acabe la caridad

y que empiece la justicia

Que la luna llena brille

que acabe la cuenta llena

que empiece el cuarto menguante

y que mengüe por las buenas

o por las malas si no

o por las peores también

el mango vayan soltando

ya no existe la sartén lo busqué y está así

Cielito cielo que sí

cielo del sesenta y nueve

con el arriba nervioso

y el abajo que se mueve

que vengan o que no vengan

igual sabrán la noticia

se acabó la caridad

y va a empezar la justicia

Cielito cielo que no

cielito qué le parece

borrar y empezar de nuevo

y empezar pese a quien pese

Mejor se ponen sombrero

que el aire viene de gloria

si no los despeina el viento

los va a despeinar la historia

cielito cielo que sí

cielo del sesenta y nueve

con el arriba nervioso

y el abajo que se mueve

cielito cielo que sí

cielo lindo linda nube

con el arriba que baja

y el abajo que se sube


                                                                                                   Mario Benedetti





P.D: entre los espíritus que continúan movilizando al pueblo en la búsqueda de la justicia y la libertad se encuentra el de SANTIAGO PAMPILLON, estudiante-obrero perteneciente a la Franja Morada, asesinado en septiembre de 1966 por la policía.  

Biobrevis: Jeff Buckley o las respuestas de un río

Otoño del  ´66.  Tim Buckley  frente  a un niño recién nacido. Busca en su mente una casilla donde poner esta imagen, pero no la encuentra. Se va perdiendo  entre laberintos blancos y botellas de Jack Daniels hasta el adiós final.
Su legado: un apellido “algo” famoso y un par de cuerdas vocales.    

El pequeño Jeff  o "Scottie" Moorhead creció en un territorio lleno de preguntas. Preguntas que se instalaron en esas cuerdas vocales heredadas con la ilusión de recibir respuestas.


1991. Iglesia Santa Ana, Nueva York. Se organizó un tributo a Tim Buckley. Jeff participó interpretando "I Never Asked To Be Your Mountain". Fue absolutamente personal… saldar una antigua deuda, quizá.  

Ese tributo fue el primer escalón a la fama, al reconocimiento de pares y al negocio de la música (del que siempre renegaría)




Noches inolvidables en el  Sin-é,  122 St. Mark's Place en Manhattan's East Village, covereando a cantautores de la talla de Cohen, Simone, Dylan. Recitando a Poe… soñando con versos de Baudelaire o de Rimbaud. Mezclando el sonido occidental con la armonía de oriente. Siempre buscando respuestas.

Luego de su “Grace” publicado en 1994 y un número interminable de conciertos sintió la necesidad del anonimato. Volver a ser nada más que un simple músico. Quiso sacarse esa pesadísima corona de laureles.
En 1996 deja a JEFF BUCKLEY en el ropero y se viste de  Martha and the Nicotines o Jaime de Cevallos o Topless America…
¿Con qué fin?

“El lujo de equivocarme, de arriesgarme, de rendirme…” Tan simple como eso.




29 de mayo de 1997.

Jeff estaba en Memphis  preparando su segundo disco “My Sweetheart The Drunk”. 
Ya era de noche cuando él y su amigo Keith, tras perderse entre las calles del lugar  dieron con el margen del río Wolf, un afluente del Mississippi, suave en la superficie pero violento allí donde no se ve.   

Entre rocas y  basura y botellas  Keith hizo sonar su guitarra mientras Jeff, vestido con su jean, sus botas y su camiseta blanca, se iba metiendo en la boca del lobo.

-¿Ey, Qué hacés?


Jeff seguía nadando mientras cantaba 

“I'm gonna give you my love... I'm gonna give you my love”

-Viene un barco… salí del agua!
Minutos después,  Keith ya no vio a su amigo sobre la superficie. Se cansó de gritar su nombre.
Helicópteros, buzos, patrullas. La búsqueda de Jeff  no dio resultados. Como en el cuento, el lobo se había tragado a su víctima.

Una semana después su piercing intacto y su cuerpo mutilado por el agua flotaban en el Mississippi. 

-Ni drogas ni alcohol en sangre.

- ¿Preguntas en las cuerdas vocales?

- Puede haber quedado alguna pero casi todas fueron contestadas por el río.   



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“ stay with me under these waves, tonight.
be free for once in your life tonight.” [Nightmares by the Sea]



Hoy. Tributos. Muchos y merecidos de esos otros “hijos” que sienten una especie de deuda, también.  





"Jeff Buckley era una gota pura en un océano de ruido." (Bono)




miércoles, 21 de mayo de 2014

El amor del brontosaurio marchito

Siete kilómetros hasta el centro de la ciudad en compañía de un Tom Waits, marchitándose. 

I disappear in your name
But you must wait for me

(¿Dónde estará su Alice?)

El amor era tan claro.   

La mano de Ulises a la salida de la escuela; El turno cedido en las hamacas.
Escondernos tras un árbol y desafiar a los buscadores con un beso.
Lágrimas enanas tratando de detener un autobús gigante, al final de las vacaciones.
Los ojos de los vecinos tras las mirillas presintiendo el vestido en el suelo.
Más de un silencio del otro lado del teléfono y los planos de la fuga que no fue.

 ¿Y ahora? 

Baby all I can think of is Alice

Tan claro

Escapar, por fin,  a la carrera y la cita apresurada en  un hotel. La antigua zozobra  del  ya vendrá viendo pasar cientos de autos desconocidos.
El jardín de mis sueños, floreciendo, sobre las ruinas de una ruta helada.
La voz de la noche que prescribía desmesuras  y el coraje que no fue.

¿Ahora?

And so a secret kiss
Brings madness with the bliss

Tan

Guirnaldas de incienso y  el sonido de la pandereta. Las nubes poniendo sus pies en el río y los kilómetros que no marca ningún mapa. Ese polizón de un barco imaginario. Los ojos que supieron  decir  adiós.



- Un brontosaurio en el sur argentino-  dice la locutora.

(Chatwin tenía razón cuando afirmaba que su abuela tenía en la vitrina un pedacito de piel de dicho animal.)

Un brontosaurio.

Entonces, escuchás la noticia y, por unos minutos,  te olvidas del  pequeño que, parado en la puerta de su casa, saluda el paso del cortejo fúnebre. También se diluyen las cinco limpavidrios de  59 y diagonal 78.  Y el pibe de los malabares con espadas. Te olvidás que es lunes y la estatua de Ofelia volverá a congelarse esta noche.

Te olvidás de lo claro que te había resultado el amor…


Y  Tom Waits ,ya, marchito.   

lunes, 5 de mayo de 2014

Condena



André Masson Esperando la ejecución 



(...)y qué haría la piedad
en una cueva de asesinos?
Y qué palabra de bondad
podría socorrer a un hombre
hundido en tan atroz lugar?

Oscar Wilde, Balada de la cárcel de Reading



El televisor era una ventana
blanco y negro.
El rostro del hombre
(¿Alain Delon?)
hablaba de inocencia
y mi inocencia  creyó.

¿Qué sabe la niñez
de montajes?

Era un hombre
muriendo
atado a una silla
eléctrica


cerré los ojos
como quien espera un milagro


*

Luego llegó la historia
y el presente a color
rojo
(Hemos sido tan hábiles
inventando tormentos)


Una legión de
Saccos  y Vanzettis
abandonando pancartas
(solo la muerte tiene ese poder de convicción)

Otra  legión de fusilados
por la espalda
abandonando poemas en una fosa común

El protocolo del buen verdugo
dice que no pueden faltar
desde guillotinas
para cuellos de seda
hasta piedras
para presuntos amores


Una soga trenzada
por creyentes
Dos frascos de  pentotal sódico
cuarenta centímetros de acero
electrodos a discreción
o un juicio sumario
redactado en un minuto (850 disparos)
y con luz infrarroja.

El protocolo del buen verdugo
manda emborracharse
si una sombra misericordiosa
arruina la pulcritud de la capucha


*

El televisor sigue siendo una ventana
los asistentes a este  show
inmóviles
como si ellos, también,
estuviesen atados
con gruesos cinturones
Los únicos que parpadean
son los flashes

Solo mi vieja inocencia
intenta cerrar los ojos
como aquella vez

.