miércoles, 31 de mayo de 2017

Después?



No preguntes qué hay después. Mirá cómo el cielo se deja llover mansamente hasta ser arcoíris. Las respuestas no serán más que mentiras, un deseo, una dulce o amarga salida para calmar la ansiedad. No lo entedemos pero se terminó el tiempo de las bolas de cristal  en las que veíamos el futuro y, además, perdimos la capacidad de ser adivinos. No preguntes qué hay después; Cuando lo haces… ¿No escuchás detrás de tus palabras el crujir del instante? ¿No ves cómo lo que era pura belleza comienza a demacrarse y donde había sonrisas van naciendo surcos terracotas? No preguntes qué hay después, sólo el tono alcanza para  socavar  la fe y los  interrogantes (como mazazos) tatúan la piel hasta dejarla pegada al hueso de la queja por lo que aún no es.
Como si  pudieran explicarse  las pupilas carcomidas por el sol, el pájaro que no puede dormir o el borde siempre abierto  de otras almas. No preguntes qué  hay después. Debemos ser tolerancia extremista para no caer. Ser la persistente fuga de grillos mientras el  amor viaja  en nanosegundos  hasta las pupilas que estallan. Ser melodía, ruido, silencio. Nunca preguntes: disfruta de las sombras chinescas que hacen las palabras,  las lágrimas o nuestros dedos mientras se consume la vela.




miércoles, 24 de mayo de 2017

Invisible



  
Esa tarde, el mundo se negaba a escucharme, o peor, me ignoraba sin culpa ni piedad.  Busqué espejos, charcos de agua, pupilas. Algún sitio donde reflejarme. Nada. Entonces, creí que se trataba del final del camino: ese tornarse invisible hasta  no ser reconocido ni por la propia piel. De todas maneras, hice un último intento con la esperanza de reencontrarme.
 Miré hacia la izquierda, hacia la derecha. El cielo transparente, el piso de tierra. Por último, miré  hacia el frente. De contorno difuso,  allí estaba yo, reflejada en el lugar menos pensado, aún de pie.  



domingo, 21 de mayo de 2017

Brotes





Habrá que revestirse de espinas
-como el limonero-
para defender

hasta el último brote de ternura 


martes, 16 de mayo de 2017

Metrónomo




Controlo la noche. Sé de sus guiños en esta intemperie. La niebla de las cuatro. El avión en su ruta este-oeste a las cinco. La moto de las seis. Sé todos sus pasos hasta el borde del amanecer. Luego me pierdo. Debería existir un metrónomo para los relojes que marcara el tempo real de los instantes porque mi día es sol como único dato salvo por esos cielos que me deslumbran como el de esa tarde cuando del otro lado del arcoíris  nació una niebla terracota y las nubes, extasiadas, se transformaron en montañas.  Ese instante, lo sé, fue infinito.



viernes, 12 de mayo de 2017

Mayo 12, 01:30 horas





Quizás porque no hay otros motivos.
O al revés: quizás porque hay tantos que no sabría por cuál empezar
me entretengo mirando este cielo violeta de medianoche
sintiendo el viento que empuja las nubes hacia el oeste

imaginando universos perfectos en cada gota de lluvia.

viernes, 5 de mayo de 2017

Juego de rol



“(…)sonríe
al Destino que te hiere.”
Omar Khayyam

Vuelo rutinario con sol de frente
tu vida es este buscar gotas de néctar
entre pétalos dormidos
sin medir las consecuencias
sin sentir esa múltiple mirada
que recorre tus alas
esperando que pises
sobre su mundo
para atraparte
y ponerse a  beber

su propio néctar 


miércoles, 3 de mayo de 2017

Un "word" en blanco...




Un word en blanco. Eso es esto. No sé… son las siete de la tarde de un dos de Mayo y desearía escribir un poema para un amigo que cumple años mañana. Deliro - me digo- con lo que te cuesta escribir dos líneas más o menos legibles ¿Pretendés un poema en menos de tres horas?
  Cuánta razón tengo!
  Sucede que escribirle un poema sería  el mejor regalo que puedo ofrecer. Eso crees vos- me digo- ¿No será mucho ego de tu parte?
  Un poema. Algo así como un agradecimiento por su amistad a pesar de la distancia, por mostrarme ese mundo de parapalos que desconocía, el mundo del maestro en un terreno hostil,  el mundo del coleccionista de revistas, el  mundo de  cielos enormes y solitarios coirones.   Agradecerle que comparta su alma mediante la palabra y que esa palabra sea poesía.
  Un poema para un poeta…  ¡Vaya  desvergüenza!
 
    Si al menos estas piedras
    colmadas de memoria
    me dictaran un verso…

Nada.  Silencio. Sólo un deseo: que cada día sigas siendo capaz de robarle  palabras a ese  viento furioso tan acostumbrado a llevárselas.
¡Feliz Cumpleaños, Jorge!  



P.D: “Si no hay amor mejor bajate, si no hay amor nunca habrá sueños, si no hay amor se muere antes, si no hay amor se pierde siempre…”