martes, 20 de mayo de 2008

Escribiendo como si nada...


Buscar un adjetivo mientras las balas rozan los tilos, dejarse envolver por la sensualidad obscena de la caída del sol mientras los rostros oscurecidos se enfrentan. La misma miseria de siempre. Pobres contra pobres y las bocas de los ataché cagándose de risa. Adaptarse a este panorama implica una ductilidad propia de alienados. ¿Cómo se puede dar la palabra al otro cuando no existe ninguna posibilidad de diálogo?No puede ser que la muerte haya golpeado las ventanas, las puertas, mi cabeza y yo siga escribiendo como si nada, pensando como si nada: acaso no serán la escritura y el pensar algunas de las formas que tiene la muerte. Es la prohibición máxima de la palabra: hablar de la propia muerte. Todo puede decirse menos ese final o ese principio.[...]Los pozos son de Poe, los laberintos, inconcebiblemente de Borges y todas las cucarachas tienen la cara de Kafka. Debe haber alguna estupidez que sea capaz de concebir y hacerla propia.Dejé de escribir diarios íntimos cuando aprendí a mentirme. Cesar: debiste quemar tu diario antes del "no escribiré más"[...] Ninguna de las seis personas con las que cuento me sirve. Debería inventar una persona singularísima que diera cuenta de lo que pienso como propio, como ajeno, como no pensado, como no querido pensar.[...] Este comienzo( no creo que sea tal) fue demasiado dilatado. Hace tanto tiempo que junto pesares, sentires, miradas y palabras ajenas. Pero es tan típico en mi tener de confidente a la indecisión. No me abandona jamás. y aquí estoy habiendo jurado que el veinte empezaría y desde luego ya es veintiuno[...]

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