[…]Es
como en la vida, todo el mundo lo dice: el que habla, el que cuenta su pena, se
libera. Y el tipo mudo, el tipo taciturno, es el que se destruye, el que se
derrumba o comete un crimen tal vez. Pero hablar te libera. Escribir es lo
mismo. Son cosas muy evidentes, pero yo las he experimentado. Conque digo a
todo el mundo: publique su manuscrito, qué más da, en último caso le sentará
bien y todas las obsesiones de que habla tendrán menos importancia para usted[...]
E.M.Cioran
Mi deuda con Cioran será eterna. Lo sé.
Entre mis escritos inconclusos quedaban dos historias
importantes. Los muertos desentonan,
novela abandonada en el 2009, año en el que se
suicidó mi maestro y Arc du ciel: biografía de una inexistencia,
una nouvelle biográfica y completamente inverosímil según el canon. Y sin embargo, tan real.
De la
Segunda Parte de la Biografía dejo el
capítulo final.
CAPITULO IV
Caracolas
“Cuando algo termina,
termina”
1
Juliete no pudo encontrarse cara a cara
con la mujer rubia que la buscaba en la
recepción del hotel. Regresó a Buenos
Aires sabiendo que ella tenía la clave.
Puede
decirse que la almiranta la entretuvo
alejada de su mundo, disfrazando la realidad.
¿Acaso, de haberse visto frente a frente, le hubiese dado pruebas de la existencia de
Alex o bandini?
“desenrutar” al Sr. J.
Juliete aceptó y leyó cada una de las frases
que la almiranta envió a través del chat. Alex vivía en algún lugar… y casualmente, había desaparecido del “mundo”
el último verano.
Las brutales coincidencias eran solo un intercambio entre tres. El Sr. J
vivía al margen de toda esta historia, repartiendo su vida entre la comunidad,
su trabajo y su barco.
Algo así: el Sr. J. escuchaba La Mer, y le
transmitía su emoción a la almiranta. La almiranta la compartía con
Alex/bandini y él, en su rostro de river se la enviaba a la “amada” de
turno. Lo mismo con los rizos o los
vientos sobre el mar.
“Ordenar los datos aleatorios”, exigía la
almiranta.
2
Ella sabía que Juliete no mentía y que no
había un interés económico de por medio.
Y Juliete confirmaba que había
llegado a la puerta de la verdad. No había más juego. El ajedrez que tanto
apasionaba a river y al Sr. J y, por qué no, a alex/bandini, se había
convertido en un tablero fantasma. Un cementerio de antiguos actores
desangelados, siluetas miserables de otros tiempos, incapaces de volar ni con
alas prestadas.
Alguna conversación más.
Desenrutado el Sr. J. muchas situaciones
eran solo atribuibles a la pura magia. Un abracadabra milenario. Un truco; Pero
la almiranta seguía insistiendo en la capacidad de alex/bandini para vivir la vida del Sr. J.
No
quedaba ninguna opción: cerrar el “dialogo” era cerrar una historia dolorosa de
infinitos matices y crueles certezas.
Bellos albatros convertidos en tristes curvos desplumados.
Juliete
Escribió:
“Estuve pensando sobre lo dicho en nuestra
última conversación. Lamentablemente
descubro que nunca signifiqué nada para el creador de r. En ningún sentido. Una más… un rato más… (Y
se me siguen cayendo las lágrimas… pero ya pasará). Te contaba que tengo
cientos de líneas escritas dedicadas a
él. Cuando dejó de escribirme con esa “distancia incierta” seguí enviándole
pequeños mails para que supiera que estaba allí, esperándolo. A fines del 2010
descubrí ese blog. de En memoria… Yo sentí esa muerte. Lloré esa muerte y
padecí la incertidumbre de no saber qué
le había pasado. Di por clausurada la habitación para almacenar cerezas (que era de ambos) y
comencé a escribir diálogos para una despedida. El último texto es del 2012…
Tiene una canción de Vinicius de Moraes ( Sem Voce, yo sí soy melómana) y un
breve texto en el cual, tras descubrir varias mentiras, aún creía que me había querido un poco.
Pensaba en las personas y los personajes… Creía que había una persona llamada
Heribert Costa… y creí que r. (o rvr
como solía llamarlo yo) era uno de los personajes más adorables del mundo. Una
fuente maravillosa de palabras. Quizá te parezca que ofrecí poco. Las palabras
son mi mayor tesoro. Ese era el pacto. Eso cumplí. Me dijiste que el creador de
river no navega el mediterráneo ni pasea pequeñas mascotas; ojalá haya sido solo
una actuación y eso no le importe porque me apenaría… Me dijiste que el creador
de r. no está enfermo… Habiendo sufrido tanta enfermedad y tanto dolor por
estas tierras, eso me alegra.
Quizá
uno muera sin saber lo que ha significado para otros.
Quizá
a los otros no les importe saber lo que sentimos por ellos.
De todos modos, sé que el creador de r.
siempre supo dónde encontrarme y no lo hizo… Ahora tengo bien en claro que no
he significado nada. Encontralo…
Encontralo
y decile, por favor, que mi amor era verdadero aunque solo estuviese sustentado
por palabras; palabras entre las que se encuentra MAÑANA la palabra de Jack… Y
él sabe que mañana significa Cielo.”
Epílogo
En música, los silencios son tan importantes
como los sonidos.
Quizá Bandini, que robaba con tanta maestría
los instantes de la vida del Sr. J,
pueda crear algunos acordes matizando tantos silencios y así convertir
esta historia en una canción.
Ellos tienen la llave. Juliete, la verdad. Y la verdad nunca es una victoria menor.
Mientras la almiranta y el
Sr. J se preparan para las nuevas regatas, Juliete imagina su
próximo septiembre, a orillas del Mediterráneo, deshaciéndose de todas las
palabras.
Llegará ese instante. Lástima que la
almiranta no le haya obsequiado la tobillera de caracolas que lucía en su
pierna derecha ese verano en Menorca y que, quizá, aún conserve como recuerdo;
tobillera que sí le había ofrecido
arc_du_ciel a través de una fotografía con un imponente faro de fondo. Sería todo un símbolo arrojarla al mar. Algo
así como poner una rosa sobre la tumba de river costa, aunque nunca sepamos
quién fue el verdadero muerto.
FIN
P.D: En breve el otoño por aquí. Y las dos
historias terminadas. “Liberada” diría el filósofo.
Gracias. A tu salud, Federico.
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