Él
me suplica
yo
te suplico
y
vos suplicás
oculto
bajo tu capucha
Una
cadena infinita
de
infelices
con
el amor gastado.
Como
descubrir
una
bella melodía
y
escucharla
escucharla
escucharla
hasta
que se gastan las notas
las
corcheas
las
claves de sol
hasta
que el pentagrama
se
transforma
en
la cuerda de una horca
o
en un candelero
del
que cuelga ropa mojada
Así
se gasta el amor
como
los zapatos del predicador
la
paciencia del pueblo hambreado
los
asientos de los micros
o
las estampitas
en
la puerta de un hospital.
2 comentarios:
Una cadena infinita de infelices con el amor gastado. Me gustó muchísimo, Julieta! Gracias por el poema.
Jorge!!!
Me da tanta alegría que te haya gustado. Me siento una profanadora de la poesía pero hay sensaciones que no admiten otro formato. Nacen así.
Beso enorme!
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