lunes, 28 de marzo de 2016

Súplicas en Tránsito

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Él me suplica
yo te suplico
y vos suplicás
oculto bajo tu capucha

Una cadena infinita
de infelices
con el amor gastado.



Como descubrir
una bella melodía
y escucharla
escucharla
escucharla
hasta que se gastan las notas
las corcheas
las claves de sol
hasta que el pentagrama
se transforma
en la cuerda de una horca
o en  un candelero
del que cuelga ropa mojada

Así se gasta el amor
como los zapatos del predicador
la paciencia del pueblo hambreado
los asientos de los micros
o las estampitas
en la puerta de un hospital.

2 comentarios:

Jorge Curinao dijo...

Una cadena infinita de infelices con el amor gastado. Me gustó muchísimo, Julieta! Gracias por el poema.

jotaVe dijo...

Jorge!!!

Me da tanta alegría que te haya gustado. Me siento una profanadora de la poesía pero hay sensaciones que no admiten otro formato. Nacen así.

Beso enorme!