lunes, 9 de junio de 2014

madreselvas






Quizás nos faltaba dulzura
o nos sobraban
las ganas de probar

Bordeábamos un caminito
de adoquines
hasta el viejo alambrado.

Allí
las madreselvas

¿Quién nos enseñó
a beber su jugo?
¿Cómo supimos
recolectar
con nuestras lenguas
esa breve gota dulce?

Quizás nos faltaba amor
o nos sobraban
las ganas de probar

Bordeábamos  un camino
de palabras
hasta la última orilla.

Allí
-a falta de océanos-

nadábamos la noche

2 comentarios:

Jorge Curinao dijo...

En la noche, no en la oscuridad.

jotaVe dijo...

Sí, hay noches tan claras!


Gracias por comentar!