martes, 3 de junio de 2014
La letra chica... Gabriel Báñez
Mi mejor amigo-el de toda la infancia- se pegó un tiro hace no muchos años en un banco de la plaza Moreno, la más importante de mi ciudad. Fue a la noche, pero cada vez que lo pienso, lo pienso a la nochecita. Y corrijo también tiro y pongo tirito en la cabeza. No es raro: cada vez que pienso en mi mejor amigo, Jorge, escribo noche y tiro en diminutivo. Es que el suicidio es la letra chica del contrato con la vida.
Casi nadie lee esa letra, a casi nadie le gusta y son más los que la evitan que los que se enfrentan a ella. Sin embargo, existe. Es letra latente en cualquier caligrafía. Para Camus, el problema central de la filosofía- el que aún no había resuelto- es precisamente el del suicidio. Sigue siéndolo. Lo remarca en El mito de Sísifo (1942) cuando abre el ensayo diciendo: No hay más que un problema filosófico verdaderamente serio: el suicidio” (…)
Lo que narra el mito: Sísifo hizo enojar a los dioses por su impertinente astucia y fue condenado por éstos a la ceguera y a la eterna tarea de cargar con una roca enorme hasta lo alto de la montaña para luego dejarla caer, descender, y volverla a cargar hasta el fin de los tiempos, sin solución de continuidad. La inversión del mito en el suicida muestra otra cosa: arrojar la roca es liberación. Por decisión propia se desprende de ella para jamás volver a subirla. Fin del castigo. ¿Fin?
Suicidio, 5 de octubre, 2007 ( A J.C.P. y a Soledad Franco)
POSTED BY, Gabriel Báñez
P.D: 2 de junio hubiese sido su cumpleaños...Si usted supiera lo que se extrañan sus charlas.
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