viernes, 15 de agosto de 2008

Karuna




Plaza Italia. La Plata, Buenos Aires, Argentina.

O cualquier lugar.

O el universo.

“El Srimad Bhagavatam declara que cualquier predicador genuino de conciencia de Dios debe tener las cualidades de TITIKSA (tolerancia) y KARUNA (compasión). En la personalidad del Señor Jesucristo encontramos ambas cualidades. Él fue tan tolerante, que, incluso mientras estaba siendo crucificado, no condenó a nadie. Y fue tan compasivo, que le oró a Dios pidiéndole que perdonara a las mismas personas que estaban tratando de matarlo. (Desde luego, ellos no podían verdaderamente matarlo. Pero estaban pensando que sí podían hacerlo, por lo cual estaban cometiendo una gran ofensa.) Mientras Cristo estaba siendo glorificado, él oró:
-Padre, perdónalos, que no saben lo que hacen (…)

¡Jesucristo fue una personalidad tan grande!... el hijo de Dios,... el representante de Dios. Él no era culpable de nada. Aun así, fue crucificado. Él quería distribuir conciencia de Dios, pero a cambio lo crucificaron —fueron así de desagradecidos—. Ellos no pudieron apreciar su prédica. Pero nosotros lo apreciamos a él, y le damos pleno honor como representante de Dios.
Por supuesto que el mensaje que Cristo predicó estaba ajustado a su tiempo, lugar y país particulares, y era justamente el adecuado para un grupo de personas en particular. Pero, indudablemente, él es el representante de Dios. Por lo tanto, nosotros adoramos al Señor Jesucristo, y le ofrecemos nuestras reverencias.
Una vez, en Melbourne, un grupo de ministros cristianos vino a visitarme. Ellos me preguntaron: “¿Qué idea tiene usted de Jesucristo?”. Yo les dije: “Él es nuestro guru. Él está predicando conciencia de Dios, así que es nuestro padre espiritual”. Los ministros apreciaron mucho esto. En verdad, todo aquel que está predicando las glorias de Dios debe ser aceptado como guru. Jesucristo es una de esas grandes personalidades. No debemos pensar en él como si fuera un ser humano ordinario. Las Escrituras dicen que todo aquel que considera al maestro espiritual un hombre ordinario, tiene una mentalidad infernal. Si Jesucristo fuera un hombre ordinario, entonces no habría podido distribuir conciencia de Dios.”

A.C. BHAKTIVEDANTA SWAMI PRABHUPADA.

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