El planeta está repleto
de mendigos.
Son tantos y tan comunes a la vista que nadie repara en ellos.
Son como las gaviotas en Roma o los gorriones en París. O los
escombros en Raqqa.
Son como las cartas de amor, sin abrir, en un buzón de correo.
Son un spam.
Invisibles a fuerza de repetición.
*Roma, noviembre de 2014
2 comentarios:
Como el viento. Abrazo grande, Julieta.
Gracias, Jorge, por mostrarme cómo se puede batallar junto a él.
MuA
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