sábado, 20 de diciembre de 2014

Trip: Impresiones 2

Camino hacia la orilla del Mar, Barcelona, 16 de noviembre.




Creí que los recuerdos de lo imaginado se borrarían; Ahora sé que no sucederá. Lo no vivido se completa con un número casi infinito de detalles.

Andando por pequeños callejones uno puede encontrarse con:





* Los aplausos del público en el Palau de la Música catalana tras oír “Azulejos” de Albéniz terminado por  su amigo Granados.
* Los restos del grafito dejado por Picasso y sus amigos de Els Quatre Cats.
* Una “Barcino” desempolvada que conserva en sus ánforas el sabor de la Roma augusta.

Una de mis guías es una hermosa pequeña catalana llamada Abril que en perfecto español me cuenta:

- No se puede cambiar una sola oca. Si alguna se enferma o muere hay que cambiar a las restantes si no lastiman a la nueva hasta matarla.  



13 ocas en el patio de una Catedral. Historias.

Entre el cielo y el infierno: gárgolas expectantes y bloques de piedra con la memoria grabada.





- El mar está cerca- dice mi guía. Y hacia allá vamos.




“Mi” puerto de Barcelona no tenía esa montaña como telón de fondo. Ni ese Colón indicando un camino. [Ahora sí]
“Mi” Mediterráneo sí era tan azul como el que veo.

¿Las huellas en la arena? Mi nombre y los pasos amigos.



Lo que debía ser.

P.D: Muchísimas gracias a Gema y su pequeña Abril por la maravillosa compañía.  

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