jueves, 29 de mayo de 2014

Biobrevis: Jeff Buckley o las respuestas de un río

Otoño del  ´66.  Tim Buckley  frente  a un niño recién nacido. Busca en su mente una casilla donde poner esta imagen, pero no la encuentra. Se va perdiendo  entre laberintos blancos y botellas de Jack Daniels hasta el adiós final.
Su legado: un apellido “algo” famoso y un par de cuerdas vocales.    

El pequeño Jeff  o "Scottie" Moorhead creció en un territorio lleno de preguntas. Preguntas que se instalaron en esas cuerdas vocales heredadas con la ilusión de recibir respuestas.


1991. Iglesia Santa Ana, Nueva York. Se organizó un tributo a Tim Buckley. Jeff participó interpretando "I Never Asked To Be Your Mountain". Fue absolutamente personal… saldar una antigua deuda, quizá.  

Ese tributo fue el primer escalón a la fama, al reconocimiento de pares y al negocio de la música (del que siempre renegaría)




Noches inolvidables en el  Sin-é,  122 St. Mark's Place en Manhattan's East Village, covereando a cantautores de la talla de Cohen, Simone, Dylan. Recitando a Poe… soñando con versos de Baudelaire o de Rimbaud. Mezclando el sonido occidental con la armonía de oriente. Siempre buscando respuestas.

Luego de su “Grace” publicado en 1994 y un número interminable de conciertos sintió la necesidad del anonimato. Volver a ser nada más que un simple músico. Quiso sacarse esa pesadísima corona de laureles.
En 1996 deja a JEFF BUCKLEY en el ropero y se viste de  Martha and the Nicotines o Jaime de Cevallos o Topless America…
¿Con qué fin?

“El lujo de equivocarme, de arriesgarme, de rendirme…” Tan simple como eso.




29 de mayo de 1997.

Jeff estaba en Memphis  preparando su segundo disco “My Sweetheart The Drunk”. 
Ya era de noche cuando él y su amigo Keith, tras perderse entre las calles del lugar  dieron con el margen del río Wolf, un afluente del Mississippi, suave en la superficie pero violento allí donde no se ve.   

Entre rocas y  basura y botellas  Keith hizo sonar su guitarra mientras Jeff, vestido con su jean, sus botas y su camiseta blanca, se iba metiendo en la boca del lobo.

-¿Ey, Qué hacés?


Jeff seguía nadando mientras cantaba 

“I'm gonna give you my love... I'm gonna give you my love”

-Viene un barco… salí del agua!
Minutos después,  Keith ya no vio a su amigo sobre la superficie. Se cansó de gritar su nombre.
Helicópteros, buzos, patrullas. La búsqueda de Jeff  no dio resultados. Como en el cuento, el lobo se había tragado a su víctima.

Una semana después su piercing intacto y su cuerpo mutilado por el agua flotaban en el Mississippi. 

-Ni drogas ni alcohol en sangre.

- ¿Preguntas en las cuerdas vocales?

- Puede haber quedado alguna pero casi todas fueron contestadas por el río.   



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“ stay with me under these waves, tonight.
be free for once in your life tonight.” [Nightmares by the Sea]



Hoy. Tributos. Muchos y merecidos de esos otros “hijos” que sienten una especie de deuda, también.  





"Jeff Buckley era una gota pura en un océano de ruido." (Bono)




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