domingo, 4 de diciembre de 2011

Esperanza


Mujer, 16 años. Hombre, 75. Hombre, 30 años. Niño, 12. Estadísticas sin señas particulares.



No importa si fueron días, o años, o simplemente minutos los que necesitaron para concebir la idea, para consumar la idea. Importa saber que buscaban un escape… un pozo de Alicia… la libertad lejos de estos encarnados barrotes.


Rojos y colgantes como adornos navideños, dicen adiós.


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Suicidarse es un gesto de brutal esperanza. Casi un ejemplo de fe superior. ¿O acaso matarse no implica la terrible convicción de que algo va a cambiar?  

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