sábado, 30 de enero de 2010
Hasta que pensé delfines
Cuando sirvieron batidos de silencio y chocolate, no supe dónde encontrarte.
Vapor de incienso mis ojos, transmisión mediterránea de teclado sordo y mudo.
Brillaba la luna llena y yo, como pozo de sonrisas, no supe dónde encontrarte.
El viento nos ha cambiado la ruta de las estrellas.
Tantos cuerpos en el puerto, tantas palabras de acero y los nudos…
que Todo también sangra . No, no supe dónde encontrarte.
Revolví las madrugadas masticándome las uñas para no desentonar
Sin murmullos y sin gestos te acerca el eco del mar penetrado:
rosas grisáceas, azules
flores marinas, sin brazos, que me acarician la espalda.
No supe dónde encontrarte
Hasta que pensé delfines
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