jueves, 29 de marzo de 2018

Trip 2018: Lisboa






La estación Oriente resplandece en la madrugada de Lisboa. Un gigante de acero que observa   mis pasos y  escucha mi pregunta “¿Qué hago acá?”
Pendientes infinitas. Adoquines. Tranvías blancos y amarillos cruzando la ciudad de cara al río. A lo lejos un caserío multicolor de tejas rojas y diversas alturas  que se abre a la vista como si fuese  un libro troquelado.  Azulejos decorando los frentes, barberías, antigüedades y sardinas en conserva. Todo en la misma línea visual. Y en ese todo la silueta de Fernando Pessoa.
Sólo es cuestión de sentarse  a escuchar fados  o esas  historias de navegantes que ñao tem fim.  
Muito obrigado.


3 comentarios:

Jorge Curinao dijo...

¡Volviste! Qué lindo.

jotaVe dijo...

Sí! Te digo que extrañaba mi pequeño mundo cotidiano.

Gracias por esperar alli!

Mua!

Jorge Curinao dijo...

¡Te quiero!