martes, 4 de marzo de 2014

Delfos









Siempre supe buscar.

 Mi abuela ocultaba, todas las noches, un chocolatín Jack. Yo comenzaba  la búsqueda guiada por sus “frío” “tibio” “caliente”. El juego terminaba. Una victoria de chocolate.

Hace muchos años que mi abuela ya no está para guiarme, pero me sigo orientando cuando se trata de buscar. ¿Lógica? No. Ninguna. Porque lo que busco jamás la tiene.


No hay chocolate. Hay algo un poco más amargo, quizá… Las verdades suelen serlo. 

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