lunes, 30 de noviembre de 2009

Indeleble


A mi hija.

La pregunta es para Ella... ¿Podés decirme dónde estaba yo?




Granja sin granja que, sin embargo, reproduce sólo el sonido de la propia voz.
Cuatro paredes. 2,50 de largo. 3, 75 de ancho. Cielorraso a los dos metros y medio. Todo blanco. Un fibrón para escribir lo que quedó de las horas en la oscuridad.

Preparada…lista…


En la pared del Oeste la silueta de una princesa rodeada de símbolos matemáticos. Las manos del profesor y sus uñas blanquecinas. Los dedos armando un cigarrillo de tabaco rubio. Primeras partidas de ajedrez después de despejar las incógnitas de un cuaderno espiral.
La caja de las Barbies. Piernas larguísimas que asomaban entre lavadoras, sillones de jardín, cintas para caminar. Auto, perro, bebé, Kent.
Las bolsas negras, llenas de ropa, formando fila en la entrada de la habitación.

En la pared del Oeste, si es miércoles o domingo, da igual. El primer paraíso minado explota ante sus ojos.


“Corten” grito (como lo haría un director ciego), clausurando las noches de cielo abierto cuando ella buscaba formas conocidas en nubes extrañas.

***

Entonces comienza la pared del Norte donde el paraíso tiene asfalto y una rayuela de rostros se van tornando familiares como las x de los ejercicios. Los primeros escombros, dormidos, en las escaleras del Teatro Argentino. Sin alas.
A sus espaldas, lucen mochilas de uniforme hardcore o metal o nightmare.

La pared se asemeja a los restos de un guardapolvo donde se puede leer “i hate the school!!!”Todo en minúscula indeleble.

Conjugar el verbo pertenecer anulando las formas del pasado. Sólo presente y futuro. “pertenezco a”, “perteneceré”. Nunca más: “pertenecía”.

Desde todos los bordes aparecen los invasores góticos sobre las ruedas de un skate.

Remarcado doble de las letras cuando se autoproclama EMO y abre un nuevo campo de batalla: Ocho y cincuenta. Maceteros donde apoyarse. Voces que rebotan en las vidrieras. Delineadores y uñas negras. Calaveras, piercing y los hermanos Madden.

“Is anybody listening”

“Pertenezco a” para caer del skate; y el dolor agudo en la base del codo. Otra mina activada en las veredas anchas cuando el cuerpo aplasta al brazo (cuando la risa aplasta a la misericordia.) Rampas y malos imitadores de Marley que van rifando sus neuronas.

“Si hola no te hubiera dicho yo
Jamás tendríamos que decir adiós
Tenemos una cita en el quirófano”

Tararea mientras escribe.

Otro ajedrez. Éste de piezas descontroladas que escriben “Te Amo” en papelitos, fotolog, Messenger o teléfonos celulares.

“Regardless of our distance, and our hope, cuz were
Swept by pretty eyes and LETTERS for, a time”

Otra forma de pertenencia no menos aguda que la puntada perpetua en el codo.
En la pared del Oeste, el primer oso explota en metálicos pedazos.

Corten. Corten. Insisto.

***

La pared del Este, como el viento, mezclará los colores de la tarde. De celeste a rosa. A negro.

“Saying goodbye this time, the same old story
Seeing you cry, makes me feel like saying sorry”

Comenzar a cruzar la calle para que no duelan los recuerdos.

Un álbum completo de amenazas. “Te vamos a…” “Vas a ver qué…” “Cuidate porque…”


Madrugadas de café y cocheras que escriben”shabadabadoo” en los brazos. Cambiar la risa desmedida por unos ojos dominantes que pronto se convierten en piedras. Entre el miedo y el…miedo.

“Eres lo mejor que en mi vida ha pasado
Te juro pierdo el rumbo cuando no estas a mi lado”


Otro paseo no menos minado. Hablar con desconocidos.
Nickname. Construir personajes. Abrir las puertas de la mente. Encuentros feroces con la realidad. Svásticas, skinheads, collares de alpaca.

Cuadraditos ska de verdad-mentira.

“Something has gone terribly wrong,
I'm scared, you're scared, we're scared of this”

Reciclar. Los escombros regresan a los sueños. El mismo foco una y otra vez. Y mil fantasmas sin nombre y sin voz que recorren los pasillos de la antigua casa.

“ ... I like playing in the sand what's mine is ours
If it doesn't remind me of anything”

Remeras Palermo Soho. “No insista. Ya no beso sapos” firma Amelie.

Y yo: C-O-R-T-E-N!
***

En la pared del Sur: La lista completa de nombres propios. Y las cruces. El clásico estudio de la mano. Esta vez se le nota el odio en los nudillos: no ayuda; aprieta el cuello.
Músicos bip-vip y como un mantra: Vedette . . . sos la reina de la glitter scene.

Dibuja frutillitas de un postre adolescente. La depresión ahogada en copas plásticas, en lámparas de lava, en vanos bisturís que no alcanzan para purificar la sangre.

Se mece la cuerda ajena con el invierno en los labios mientras los mensajes de texto inventan nudos.

Un día después
(después de vos )
crucé los dedos.

El último “te amo” y un bouquet de rosas que deberán pudrirse junto a las mentiras. En letras símil Broadway Es mi última oportunidad”… Seguida de una sucesión desmedida de jajaja.
Llega el turno de los travestidos. Como plomos desnudos los tequilas sunrises, el vértigo y las luces que se apagan en un antro con nombre de mujer.

Los peones quedaron en el camino cuando no pudieron aprobar el test de Eva.
Aún se perciben, en las torres enemigas, las sombras de los francotiradores que no respiran ni sienten. Sólo disparan cuando ven el objetivo en la mira. Plaza Italia a las seis de la madrugada. Coordenadas exactas.
Bang.


Granja sin granja. Antes del encierro reconoce las marcas del dealer y la pena por la confianza desperdiciada. Lo que se puede extraer de ella:
TODOS LOS MESÍAS TERMINARÁN HUNDIÉNDOTE” con letras grandes de imprenta.


***

En el piso, las huellas de unos pies descalzos.
Ella sube a la mesa de la computadora, se estira hasta el blanco sin manchas del cielorraso y escribe: “Para ser feliz parate dónde sea”

Tiempo completo. Trabajo terminado. SE IMPRIME.

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