Puro cuento ciertas ausencias.
Puras ausencias ciertos cuentos.
Se lo extraña.
SIN SENTIDO
I
Amanecer con un dios entre las cejas.
Era tan fácil así.
Rutas infinitas
Sin alzar los párpados
Consumadas por cómplices celestes.
Y la noche junto al sacrificio
Alguna copa de vino,
Una rosa,
Trenzas, talones
Cualquier himen o
Ese
Ahora
Este bostezar nubes por reflejo
Y la nostalgia
De lacerar pieles
Con nocturnos abecedarios
Esclavos de dios
Libres de nosotros mismos
Del susurro de piedras en los zapatos
De la carrera anémica
Sin Kaaba
en pantalla plana de mil pulgadas
II
Tan fácil el tiempo de los vedas
Medido con suspiros de Brahma
O flechas al corazón.
El plan de exterminio
Nos desnuda
El hombre
Sólo huesos convictos
De otros huesos convictos
De otros huesos convictos
Quizá
Con un dios
A quien temer
Ella no hubiese puesto esa formidable piedra
Sobre el loto azul
Así como al pasar
Brote maléfico
en las puntas de sus dedos.
Tan fácil
Con hilos bien tensados
Cuerdas de oro
Y no esto
marionetas copyright
de titiriteros imperdonables
Nada escrito en el margen
Un “sinazar” en el polvo perlado
de tu nariz.
Tan fácil con Olimpo parquizado.
Ahora
la flor hundiéndose
Y mi cobardía.
Hundidos todos en su sonrisa.
III
Tan difícil desandar el sin sentido
Limpiando sangre
O semen
Con la pobre Nut
De repasador
Amanecer con un dios entre las cejas.
Era tan fácil así.
Ahora
Condenado al tiempo
las cuatro y el camión con basura
El sol, seis y cincuenta, entre los edificios
Mastico los agudos de una guitarra
a las diez y veinticinco
Lento como la miel
Se consume el incienso
Diría ay
Si algún dios escuchara
Y me consumo
IV
El chasquido de mi Glock
aterra a la luna
Único público imparcial
El loto hundido.
La mataría si haciéndolo
lograra olvidar.
La mataría con un dios
A quien pedir perdón.
Era tan fácil así.
I
Amanecer con un dios entre las cejas.
Era tan fácil así.
Rutas infinitas
Sin alzar los párpados
Consumadas por cómplices celestes.
Y la noche junto al sacrificio
Alguna copa de vino,
Una rosa,
Trenzas, talones
Cualquier himen o
Ese
Ahora
Este bostezar nubes por reflejo
Y la nostalgia
De lacerar pieles
Con nocturnos abecedarios
Esclavos de dios
Libres de nosotros mismos
Del susurro de piedras en los zapatos
De la carrera anémica
Sin Kaaba
en pantalla plana de mil pulgadas
II
Tan fácil el tiempo de los vedas
Medido con suspiros de Brahma
O flechas al corazón.
El plan de exterminio
Nos desnuda
El hombre
Sólo huesos convictos
De otros huesos convictos
De otros huesos convictos
Quizá
Con un dios
A quien temer
Ella no hubiese puesto esa formidable piedra
Sobre el loto azul
Así como al pasar
Brote maléfico
en las puntas de sus dedos.
Tan fácil
Con hilos bien tensados
Cuerdas de oro
Y no esto
marionetas copyright
de titiriteros imperdonables
Nada escrito en el margen
Un “sinazar” en el polvo perlado
de tu nariz.
Tan fácil con Olimpo parquizado.
Ahora
la flor hundiéndose
Y mi cobardía.
Hundidos todos en su sonrisa.
III
Tan difícil desandar el sin sentido
Limpiando sangre
O semen
Con la pobre Nut
De repasador
Amanecer con un dios entre las cejas.
Era tan fácil así.
Ahora
Condenado al tiempo
las cuatro y el camión con basura
El sol, seis y cincuenta, entre los edificios
Mastico los agudos de una guitarra
a las diez y veinticinco
Lento como la miel
Se consume el incienso
Diría ay
Si algún dios escuchara
Y me consumo
IV
El chasquido de mi Glock
aterra a la luna
Único público imparcial
El loto hundido.
La mataría si haciéndolo
lograra olvidar.
La mataría con un dios
A quien pedir perdón.
Era tan fácil así.
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