viernes, 28 de diciembre de 2007

Lucidez agobiante


Diarios, cartas, hoy e-mail tratando de sacarnos un peso. Tratando de compartir con algún otro, que quizá desconocemos (o que, seguramente, desconocemos) lo que llamo “Lucidez agobiante”.


“13 de mayo. Preguntas si debes mandarme los libros. ¡En nombre del cielo, mi buen amigo, te suplico que no permitas que se acerquen a mí! No quiero ya ser guiado, animado, inflamado; este corazón arde ya bastante por sí mismo; lo que más necesito son cantos que me adormezcan( …) ¡Cuántas veces he tenido que calmar mi sangre, lista a enardecerse e inflamarse! No es posible que hayas visto algo tan desigual, tan inquieto como este corazón; ¿pero tengo necesidad de decírtelo, a ti, mi amigo, que has sufrido tantas veces al verme pasar, a menudo, de una negra preocupación a una loca extravagancia; de una dulce melancolía al ardor de una pasión? Así gobierno a mi pobre corazón como trataría un niño; le dejo pasar todos sus caprichos. No vayas a repetirlo, que hay quienes harían un crimen de esto.”
WERTHER, Wolfgang Johan von Goethe
Quien más quien menos conoce el final del joven Werther: No hubo “carta al amigo” que lo salvara de su propia mente…










P.D.: El crupier reparte; Por favor espere…

No hay comentarios: