lunes, 29 de enero de 2018

verde

  

Les falta madurar. Cuando la piel se les ponga amarilla será el momento. También madura la culpa transformándose en un ajedrez de causas y efectos. Madura la pena hasta la orilla de la resignación. Madura el rencor hasta la misericordia. Madura la tormenta hasta convertirse en un breve charco. Madura el amor hasta la mano extendida sin pedir nada a cambio. Todo madura. Sólo es cuestión de paciencia.


2 comentarios:

Jorge Curinao dijo...

¡Qué linda es tu prosa!

jotaVe dijo...

No me voy a cansar de decir que sos muy generoso conmigo, Jorge!!

Mil gracias por cada lectura y cada comentario!!

Te quiero.