martes, 12 de diciembre de 2017

Palo borracho



Hubo un tiempo en el cual mitos y dioses no eran menos reales que la copa de vino o el pedazo de pan. Tiempo de personas convertidas en flores, en aves, en cenizas de alas-pegadas con cera- esparcidas sobre el mar. 
También hubo un tiempo de hadas y duendes custodiando bosques. De espíritus invocados alrededor de una hoguera aun  cuando, a lo lejos, se escuchara el incesante estallido de los cañones.

De ese pasado no queda nada. La magia de hoy es este  abrazar la realidad, semejante a un inmenso palo borracho, y pretender cambiarla sin importar cuánto nos lastimarán sus espinas.



2 comentarios:

Jorge Curinao dijo...

¡Volviste, querida amiga! Qué bueno. :)

jotaVe dijo...

Vine a quitar las telarañas ;)

Me gusta este rincón. Gracias por estar ahí, Jorge!

Te quiero.